Revolviendo mi archivo, en este caso en su versión digital, es decir: aquellos dibujos que al menos llegaron a ver la luz del escáner (muchos otros ni siquiera tuvieron esa suerte y descansan olvidados en mi oscura y analógica cajonera), me encontré con una curiosa colección de paquidérmicas abstracciones realizadas cuando estaba todavía buscándole una (alguna) forma a mi librito Memorias y balanceos.
A continuación les comparto algunas de esas manchas que me parecieron dignas de aparición en este cuaderno. Entre ellas, la que usé para las guardas de la edición impresa pero que no aparece en la versión web, un dorado “nudo” de tinta y marfil (¡ponga usted algo de voluntad también!), un reflexivo elefante amarillo sentado y hasta una breve y turbia historieta que, si no me equivoco, ya había publicado por aquí en algún otro momento pero que, según parece, se me perdió en alguna actualizada: