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Uno de los muchos elefantes a pura pluma y tinta china que quedaron fuera del libro Memorias y balanceos.
Libro que, vale la pena recordar, puede comprar desde cualquier lugar del mundo en la tiendita online de Minusculario en la que podrá elegir entre la edición popular de bolsillo o la edición limitada en cartoné (eso queda a gusto de su bolsillo… o de su cartoné).
Espera, quizás, a que yo termine de una buena vez el librito sobre su gente que estoy haciendo.
Mientras esperamos puede darse una vuelta por los sitios recomendados y revisar los dibujantes que agregué recientemente.
Don Valerio se despierta todos los días exactamente a las 5:45 am. Pero no lo hace en el camastro en el que se echó a dormir la noche anterior sino sentado en una silla. La llave no es de su casa --ha nacido y vivido siempre en el circo-- y nadie sabe de dónde ha salido ese maletín que, sospechan, está vacío.
En esa posición vuelve a dormirse o a dormitar hasta pasado el mediodía y, por lo que dice entre sueños, parece soñar con algunas dudosas labores de oficina.
Nadie en la carpa se sorprende demasiado de esta rutina, en parte porque la gente de circo está acostumbrada a ciertas excentricidades y en parte porque todos han visto cómo los elefantes, a quienes don Valerio tenía la tarea de cuidar y entrenar, hacían cada tanto algo parecido.
Dibujo en colaboración con Miss Carrara
Ya no recordamos qué hizo cada uno pero ambos, como es lógico, nos atribuimos las mejores partes (según parece, el banderín se dibujó solo).
Fin de la categoría .
