Al igual que por acá hace unos días, los cielos del oeste norteamericano se tiñeron de un infernal color anaranjado a causa del humo y el fuego. Según cuentan en The Atlantic (en inglés), muchos de los que intentaron registrar el fenómeno con sus cámaras descubrieron que la fotografía nunca es y nunca fue La Realidad y de paso también que ninguna tecnología es neutral.
¡Ya iba siendo hora!