Cuaderno - Página 3

Lugares comunes

Revista ilustrada minúscula número 3: Lugares comunes

Por causas que no sabríamos explicarnos, el tercer número de nuestra modesta pero persistente revista ilustrada ha demorado más de tres años en materializarse. Hoy por fin está alegremente entre nosotros.

En este número, la inigualable Carrara (ya marcando su diferencia desde la tapa) y este humilde servidor, caemos en algunos Lugares comunes. Como era de esperar, se respira cierto enrarecido aire de pandemia a lo largo de todo el ejemplarcito, sin embargo no encontrará, por citar una de tantas obviedades posibles, dibujo de barbijo alguno. Porque aunque caigamos sistemáticamente en lugares comunes, preferiremos siempre hacerlo de un modo más bien tirando a oblicuo.

La minúscula es, conviene recordarlo, una revistita ilustrada creada e impresa en nuestro taller, que circula de manera errática pero gratuita en el viejo, querido y maltrecho mundo físico. Si usted anda por nuestra ciudad de Rosario, haremos lo posible para que se tropiece con ella cuando menos se la espere1, pero si está leyendo estas lineas desde lugares menos comunes (para nosotros al menos), las probabilidades de que se tope con ella serán, debemos reconocerlo, relativamente escasas2, razón por la cual también hemos preparado, como de costumbre, un sucedáneo virtual que puede mirar, leer y descargar desde cualquier lugar ahora mismo pinchando aquí.

1) Usted podría simplificarnos mucho la tarea, yéndola a buscar, como quien no quiere la cosa, a alguna de las ferias en las que solemos participar.

2) En este caso, la mejor manera de acorralar al azar y acortar distancias, sería que se pidiera cualquiera de los libros de la tienda de nuestra editorial. De este modo se asegurará, además del libro en cuestión, algunas mínúsculas de las que siempre incluimos a manera de obsequio en nuestros envíos.

Nuevas Memorias, Fachas y feria

En estos tiempos de pandemia, simulacros virtuales berretas y distanciamientos reales, aunque le parezca mentira, cada vez me convenzo más de que pocas cosas tienen más sentido hoy en día que seguir insistiendo con este viejísimo capricho mío de hacer libros escritos, dibujados, impresos y encuadernados a mano en mi taller. Quizás esté equivocado pero, ciertamente ¡hay cosas mucho peores!

Por esto (y porque la primera edición estaba agotada hacía ya un buen tiempo), acaba de salir de mi pequeña factoría gráfica una nueva edición cartoné limitada de mi libro Memorias y balanceos. Un poco más pequeña en tamaño que la primera pero aún más vistosa y pretenciosa:

Video pasando las hojas del libro Memorias y balanceos en su edición cartonéLibro Memorias y balanceos en tapa duraLibro Memorias y balanceos en tapa duraLomo de libro ilustrado

Fachas de Carrara:

Fachas de carnaval. Album ilustrado de Romina Carrara

También recién salida del mismo taller y publicada, como de costumbre, por nuestro minúsculo sello editorial, acaba de ver la luz la última obra maestra de Romina Carrara. Es, como se dice ahora (y a falta de un término que le haga mayor justicia), un pequeño y exquisito álbum ilustrado que lleva por título «Fachas de carnaval (Cuando podíamos tocarnos)» y contiene una extraordinaria serie de dibujos en grafito y luminosos óleos, acompañados de un breve y más que oportuno texto.

Ambas publicaciones ya pueden encontrarlas en la tienda online de nuestra editorial o también pedírmelas a vuelta de correo.

¡Atención Rosario!:

Quienes estén en nuestra ciudad, también podrán verlas y comprarlas personalmente este fin de semana en la “Feria de editoriales y arte impreso” de la que participaremos con Minusculario. Allí, además de estas novedades, también llevaremos el resto de nuestras variedades gráficas habituales (incluidas varias publicaciones del amigo Rodolfo Fucile), multitud de protocolos, barbijos y alcoholes en gel. La cita es para este sábado 19 y domingo 20 de diciembre de 18:30 a 22:00 hs. al aire libre y al lado del río, en las afueras del Mercado de frutos culturales (galpón 17 - Frente al Monumento a la bandera). Más info sobre la feria acá.

El tempranero

Dibujo a tinta de un hombre a caballo fumando y esperando

Otra vez había llegado temprano. Otra vez tendría que esperar un buen rato hasta que aparecieran los primeros espectadores. Quienes no ocultarían su fastidio al encontrárselo ya ubicado, como tantas otras veces, solitario en la línea de largada. Creían que un espectáculo como ése, sin una mínima cuota de suspenso, perdía buena parte de su gracia. Poco a poco se irían poblando los costados de la precaria pista mientras él y su Mancha —la bestia más rápida en varias leguas a la redonda y a la que debía toda su fama— se mantendrían estatuarios en su posición, a la vista de todos e indiferentes a la reprobación general.

Luego, en el momento más apropiado, vería aparecer a la distancia, con un trote elegante, desafiante y hasta heroico, a su circunstancial contrincante. No importaría que éste fuera un extranjero al que nadie conocía o que arrastrara un pasado de derrotas y vergüenza; su considerada puntualidad le haría ganarse inmediatamente el favor de la concurrencia. Todos deseaban que, de una buena vez, algún retador lograra quitarle el invicto al inoportuno campeón tempranero que les había tocado en suerte.

El trámite de la carrera sería, como de costumbre, muy breve. Todavía con la nube de polvo flotando en el aire, otra vez sería él el primero en alejarse de la turba defraudada. Escapando siempre invicto, furtivo y al galope hacia el poniente. A donde llegaría justo para la hora de la siesta.

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